miércoles, 8 de febrero de 2012

HISTORIA DE ALTA GRACIA




HISTORIA DE ALTA GRACIA

Carlos III, Rey de España, en el siglo XVIII, expulsó a la orden Jesuítica de todo su reino.
La Historia no registra que pasó en los vastos dominios que, desde la cumbre de la Sierra Grande, llegaban casi hasta Rio  IV, hasta 1588.
 Comprendía además:
  1. Convento
  2. Iglesia
  3. Tajamar
  4. Acueducto
  5. Todas ellas pueden verse hoy en día.
  6. Poblado indígena, inexistente
En 1588, por cédula real, Felipe II, otorga todo lo mencionado más arriba a Juan Nieto (cuya estatua tamaño natural, adorna 1 esquina de la plaza principal de Alta gracia), casado? Con Tedosia Gambados.
Surge, inevitable una pregunta.
La costumbre ente los españoles de rango era, o poner un “de” o usar 2 o más apellidos:
1.    Pedro de Mendoza
2.    Juan de Garay
3.    Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, etc.
¿Porqué un Monarca en cuyo reino no se ponía el Sol, otorga, tamaña fortuna a un don nadie?
Tengo para mí que. la respuesta es obvia; obscuros teje manejes, importantes e inconfesables, que los 3 se llevaron a sus tumbas.
Por consiguiente, fue Felipe II o:
1.    El buen Rey que, continuando la tradición comenzada por Isabel la Católica de Castilla y Fernando de Aragón crearon un reino unido mediante:
2.    Expulsión de Musulmanes
3.    Expulsión de Judíos
4.    Uso de la Inquisición, aactos de fe, quema de brujas y herejes.
5.    O bien fue un malvado que, además de hacer uso y abuso de tales medios, utilizaba gentuza como Juan Nieto par sus sucios negocios.
6.    Me encantaría que, quienes esto lean, den su opinión.
7.    Al fallecer  Jan Nieto, Teodosia Gambados, ya riquísima y codiciada viuda se casa con Alonso Nieto Herrero(2 apellidos).
8.    Al producirse el deceso de la su esposa, Herrro toma hábitos en alguna orden.
9.    Al no tener heredero, sus posesiones pasaron al Virreynato Cordobés.
El gobernador, Juan Gutierrez de la Concha, decide largar ese hierro caliente que ya le estaba quemando las manos y llama a una licitación, presentándose entre otros el Dr. Victorino Rodríguez. Abogado de prestigio, rico e influyente, junto con Liniers, habían entrado en una conspiración, de la que expondremos más abajo.
Se adjudica la licitación a Rodríguez.
Este, sabiendo que, si la conjura fracasaba, no iban a tener piedad, como no la tuvieron con Álzaga que a raíz de la conspiración realista del 1º de Julio de 1812 fue ahorcado.
Entrega todo lo que poseía a su amigo Liniers, lo que incluían las posesiones Jesuíticas.

Fusilamiento de Liniers
Instigado por el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha, Liniers se unió al grupo que pretendía oponerse a la Primera Junta. El 15 de mayo, en una reunión entre el gobernador, el obispo Rodrigo de Orellana y el coronel Santiago Allende, entre otros, le informó a Liniers de los hechos ocurridos en Buenos Aires, a lo cual este comentó:
... será necesario considerar como rebeldes a los causantes de tanta inquietud. Como militar estoy pronto a cumplir con mi deber. Y me ofrezco desde ya a organizar las fuerzas necesarias.
y agregó:
”... la conducta de los de Buenos Aires con la Madre Patria, en la que se halla debido el atroz usurpador Bonaparte, es igual a la de un hijo que viendo a su padre enfermo, pero de un mal del que probablemente se salvaría, lo asesina en la cama para heredarlo.”
Mientras sus amigos porteños lo exhortaban a que se sumara al movimiento, el mismo Cisneros lo instó a oponerse a la Junta revolucionaria. Los preparativos llegaron a verse muy avanzados alcanzando a reunir 1.500 hombres. Pero cuando el 21 de julio llegó a la jurisdicción de Córdoba la expedición revolucionaria de Francisco Ortiz de Ocampo, sus soldados desertaron en masa. Sus líderes tuvieron que huir hacia el norte, pero fueron alcanzados por las avanzadas del ejército patriota comandada por Antonio González Balcarce. El ayudante de campo José María Urien fue quien capturó a Liniers en la estancia de Piedritas (cerca de Chañar) el 6 de agosto. El día 7 fue capturado Orellana por el alférez Rojas, a 8 leguas de donde se halló a Liniers, ambos fueron maltratados por los soldados.
Ya el 28 de julio la Junta había decidido el fusilamiento de los cabecillas; sólo Manuel Alberti, por ser sacerdote, se abstuvo de firmar la orden. Ocampo, sin embargo, no realizó la ejecución ya que había sido compañero de armas de Liniers durante las Invasiones Inglesas. El Cabildo de Córdoba, ya en mano de los revolucionarios, decidió entonces enviar a los presos a Buenos Aires. Los miembros de la Junta se sorprendieron, ya que eso era mandarlo a la ciudad que lo tenía por un héroe y podía suponer un gran peligro. Juan José Castelli salió a su encuentro con orden terminante de fusilarlos:
Vaya usted (le dijo Mariano Moreno a Castelli) y espero que no incursione en la misma debilidad que nuestro general (Ocampo)... iré yo mismo si fuese necesario..."
El 26 de agosto, en el Monte de los Papagayos, cercano a la posta de Cabeza de Tigre, cerca de la actual Los Surgentes en el sudeste de Córdoba, Liniers fue fusilado junto con los demás jefes de la resistencia, excepto el obispo Orellana. A raíz de este hecho, sus descendientes repudiaron el título de «Condes de Buenos Aires» que fue trocado —con anuencia de la monarquía española— por «Condes de la Lealtad» (a los reyes españoles).
Cuenta la leyenda que, manos desconocidas, en el tronco de un árbol, tallaron la palabra CLAMOR, en recuerdo a los fusilados:
1.   Concha
2.   Liniers
3.   Orellana
4.   Moreno
5.   Rodríguez
Cabe preguntarse ahora:
Los fusilamientos fueron un acto de justicia, algo así como matar en defensa propia.
O, por el contrario, un asesi8nato en masa, que mancharía indeleblemente el honor de nuestras armas.
Para los que no me conocen sos Horacio, Ing. Químico, desde hace 20 años dedicado fulltime al Medio Ambiente

6.    

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